El viaje de Cristina Kirchner a Doha (Qatar) para participar el 31 de marzo en la cumbre de América Latina y Países Arabes, más los que harán a Egipto esta semana --a distintas actividades-- el canciller Jorge Taiana y el titular de los Cascos Blancos, Gabriel Fuks dejan en claro el mensaje. Hay un cambio, que en la Rosada y en el Palacio San Martín prefieren describir como "moderado". Pero las fuentes consultadas reconocen que se busca un vínculo mayor con el mundo árabe, lo que implica un reposicionamiento, "ya no tan carnal" ante el Estado de Israel. El "texto" de la nueva política comenzó a aflorar tras los bombardeos sobre la población civil de la Franja de Gaza que hizo Israel en su lucha contra el terrorismo de Hamas. Pero no le faltan antecedentes puesto que con su viaje a Africa del Norte, a fines de 2008, Cristina cumplió su promesa a los embajadores de la Liga Arabe, algunos de los cuales hasta bromearon ante esta cronista diciendo que Buenos Aires era considerada por sus jefes como la "tercera capital de Israel", después de Tel Aviv y Nueva York. Y se referían no sólo a la numerosa comunidad de origen judío que habita en la Argentina sino también a la sintonía que Cristina tuvo siendo primera dama con la colectividad, los que les causaba celos, claro.
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